Y nos dieron las diez y las once...

Extraño... al mirar fotos, escuchar canciones... ver el reloj que avanza... son las diez, las once (como la canción de Sabina) e inevitablemente tiendo a mirar hacia el sur. Olores que llaman desde más atrás, como guiandome, susurrando que hay algo que podría estar haciendo... Si sólo me dejará llevar por el viento que me arrastra hacia alla sería todo más fácil.

Abro los ojos y me veo denuevo aquí, frente al computador, con la certeza de que pasará otra noche donde lo más cercano a esos recuerdos será un mensaje de texto, alguna pitanza a medianoche.

La historia de nuestra especie se basa en preguntas y respuestas resueltas a través del tiempo... quisiera conocer la solución a aquella que en forma recurrente me ataca segundos antes de dormir... ¿Debo acostumbrarme? ¿Dejar atrás esos recuerdos, y acallarlos como sólo eso? o ¿Debo luchar contra esa sensación de falsa madurez y vida adulta?, mantener la inquietud, el pendejismo alerta. Todo apunta hacia lo segundo, pero me llena de impotencia sentirme tan lejos, presionado por acusaciones estúpidas del supuesto estado anímico que debería tener impreso en el rostro. Palabras y más palabras como siempre... esperando ser recogidas por alguno de los guerreros dispersos, para ser comentadas en el siguiente encuentro, en la siguiente batalla.

Será hasta entonces hermanos...

"Clear the battlefield and let me see...All the profit from our victory...You talk of freedom, starving children poor...Are you deaf when you hear the season's call?.."