The Great Spot On The Web

sábado, junio 17, 2006

Maestro calentador en horno de microondas.

Si, como suena, mientras ordeno las palabras en mi cabeza... los cientos de pensamientos que se pasean burlandose de sus apariciones previas... esas precisas, coherentes. Ahora solo llego tarde al chiste y escucho el remate. Presiento el comienzo pero al final siempre termino igual, confundido y seco. (El pure con pollo sigue girando, chirriando, hasta quedar a punto) Lo detengo antes de que se acabe el tiempo programado al azar, y sin sorpresa compruebo su perfecta temperatura... al dente, listo para tragar, para saciar mi capricho del minuto. ¿que ha sonado?, como siempre Spock's Beard (The Light), algo de Yes (D1 - In A Word) y el Tributo del Dark Side de Dream Theater. Que he pensado... sobre la Fuxy, mi primera perra (mascota) y su influencia en mis años "mozos" (de mozalbete)... el eco de sus uñas encorvadas con el orgullo de resistirse a las humanizadas costumbres que no calzaban en su comoda manera de vivir como perra. El olor característico de sus bigotes (dato comentado hace poco con Carlos) como a tallarines de sopa, con pellets y algun resto de queso añejo... De la suavidad de sus rizos "rubiottt" como ella misma se jactaba (a través de mi mama), esa voz inconfundible, consejera, catete, extrañada. Los otros perros también tuvieron voz, la Tafi, la Nutria, creo que la Sofia también, pero ninguna como la de la Fuxy... menos mal que no estaba en la casa cuando se fue... Se aguanto harto, como 200 años perrunos... igual más hubiera sido injusto para ella... yo se cuanto se esforzo por quedarse otra Navidad más, pero sus huesos doblados, el pelo ya no tan suave y sus movimientos cada vez más erráticos la llevaron en forma suave e inconsciente al "descanso eterno" (si se puede llamar así al baile y revoloteo permanente de los cuatro restantes sobre su sepulcro). A veces me acuerdo de las notas que compuse en sus días postumos, cuando con cueva le sacaba algunos acordes a la de palo. Siempre fue de las cosas que me hacian llorar cuando chico, al momento de rezar era de las que preferia ni pensar... ahora ya me quedan pocas, asi como tb son pocas las instancias del rezo... como quemar hormigas con la lupa, clavarme agujas en la palma y tirar bombitas de agua... son cosas que van quedado relegadas por costumbre, por el medio... para y por los de afuera. Pensaba tambien en los caminos, en las opciones en como el tiempo se encarga de alejarnos de esas que nos tentaban y se veian asequibles... la vida del "artista"/viajero/chef/basquetbolista/escritor/bombero/profesor/arquitecto/
vago/hippie/soltero ... dientista. Y ahora hasta el sonido de la turbina se esfuerza por penetrar más alla de los sentidos y perturbar la quietud de recuerdos como esos. Como se tras-torna y - nublada la vision - restringe asi hasta el minimo ejercicio mental, el sueño fugaz de cambio de vida. Los miedos a soltar lo que ya sujetamos con ambas manos, lo que "nos toco" (para el vecino optimista), "pero jefe? y que pasa si me quedo sin nada" Donde quedan las cursis frases de las canciones de amor ("With Arms Wide Open"...) Que se yo, se que me faltan palabras para poder dar a entender... pero es esa sensación que domina, la de incomodidad leve, no inexorable, fácil de ignorar casi por completo... asumible como zumbido, como defecto en grabación de cassette a cassete (que no fuera de cromo), si uno se concentra con ganas en lo normal, en el contenido final "casi" ni se nota. Pero al final, al oido y monitoreo critico, se nota =. De ahi vendran las ganas de escuchar música, la necesidad de llenar el silencio de los ruidos cotidianos, los sonidos acostumbrados, el golpeteo de puertas, el silbido de la ventolera, el chillido de los perros, para otros de los carrerones del transporte público, de las mochas callejeras, de los amantes empedernidos, de las gaviotas en busca de alimento... o de esas otras gaviotas buenas pal güeveo no más... esas que se ponen a hinchar en la remodelación cada noche como a las 5 y cuarto. Las que les avisan a las "trabajadoras nocturnas" (para no caer en el requetecontra usado PUTAS) que su hora se acaba, que se cierra la puerta, se apaga la luz roja y se levanta el panadero, empieza el recorrido de las micros, los despertadores y luces diurnas empiezan a asomar, asi como los inertes rostros de los que día a día deben despojarse de su rincon de seguridad para abalanzarse, once again, a su rutina. A esa que los mantiene a flote en el loco ritmo de alternación entre luz y sombra. Entre cada vuelta de eje. Y cual es la moraleja entre tanta ensalada de frases y letras perdidas... donde termina el sueño y empieza la claridad...
I was the water, i was the ocean king... i ruled the red sky... I can do anything...
La cordura...
You... you messed me up...
El hilo conductor...
Storm ragin' that'll be alright...
Siempre es en la noche cuando se oredenan mis malditas ideas, pero la duda de si se me olvidaran cuando logre encontrar el trozo de papel y el lápiz termina - casi siempre - por sepultar mis intentos por capturar mi coherencia. Eso por ahora... una vez más se me fue la onda, espero que el releerme tenga algun sentido... Y los cabros chicos que no tienen ni por que pensar en estas cosas.

viernes, junio 02, 2006

My Iron Lung...

No sé bien como, ni porque empezó este recuerdo, pero me dio risa y lo anote antes de que pasara al olvido como muchas otras cosas de las que no me acuerdo. Por suerte hoy encontré un lápiz, papel y música de fondo. Era sobre los pulmones, y como su presencia en nuestro cuerpo nos asombraba cuando chicos. Y digo cuando "nos" porque estoy seguro que no era el único. Era el comentario de pasillo obligado... "El 7 pulmones", la facultad de aguantar la respiración bajo el agua.
Lejos, más que el corazón, cerebro, músculos, riñones (que son los que conocía en ese entonces) los que "la llevaban" eran ese par de órganos respiratorios. Tampoco se muy bien como, ni cuando dejaron de serlo.
Cuando chicos se analizaban teorías al respecto, de como la gente aguantaba la respiración por más tiempo... en una película salía que quienes tuvieron una infancia desnutrida, desarrollaban una mayor capacidad pulmonar, ocupando estos el espacio dejado por el atrofiado estomago. Recuerdo los campeonatos de inmersión con mi hermano, cuando le decía que si me concentraba harto, lograba - por completo - detener el ritmo cardíaco, y así, mis requerimientos de Oxígeno. No se porque deje de lado ese ejercicio... quizás porque nos hicimos demasiado grandes para la piscina inflable, o demasiado preocupados de las cosas que nos distraen de las verdaderas preocupaciones esenciales... como el arte de sobrevivir el mundo sin Aire.